Los antioxidantes tienen como objetivo proteger las células sanas del cuerpo contra la acción de los radicales libres. Hay dos tipos de antioxidantes:
Enzimáticos: son los sistemas antioxidantes naturales de nuestro organismo, con la función de combatir los radicales libres;
No enzimáticos: que pueden ser producidos por nuestro organismo, pero también se adquieren a través de alimentos como la Vitamina C, E, Betacaroteno y Flavonoides.
Los radicales libres son producidos por las células de nuestro cuerpo. Estas moléculas pueden dañar las células sanas del cuerpo. Existen factores que pueden contribuir al aumento de la formación de estas moléculas, como la contaminación ambiental, los cigarrillos, el alcohol, el estrés, la alimentación inadecuada, entre otros.